Creo que se debe castigar a un niño si se sabe con certeza que ha sido él quien ha cometido el error, porque se pueden dar casos en los que por castigar a un niño que no tiene culpa, este por rabia puede volverse más agresivo o arisco, o incluso pagarlo con quien de verdad tiene la culpa; y en ese caso es un circulo vicioso porque eso es otra razón por la que se puede llegar a castigar al niño.
Considero que un castigo nunca debe humillar al alumno, ya que de esta manera no entenderá la razón por la cual se le ha impuesto el castigo, si no que se quedará con el hecho de que el profesor o profesora le ha humillado delante de sus compañeros. Para que un castigo sea eficaz hay que comunicárselo lo antes posible al niño, explicarle el motivo del castigo, en que consistirá y con un tono de voz adecuado. Esto último es muy importante, porque si el niño ve que cada vez que el profesor le castiga, éste grita; acabará asociando los conflictos con subir el tono de voz.
Se debe castigar de forma que el niño piense y recapacite,por ejemplo, dejándolo sin recreo, ya que el recreo es algo que le gusta, y durante ese castigo pensará que no quiere quedarse más día sin recreo. Aunque bien es verdad, que no estoy a favor de que se castigue durante todo recreo porque el niño necesita descansar y tomar el aire.
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